El insomnio es una condición en la cual es difícil conciliar el sueño o permanecer profundamente dormido, lo que resulta en un sueño demasiado corto y de baja calidad que afecta el funcionamiento normal. Causa fatiga y somnolencia diurna. Puede clasificarse como agudo, que dura unos pocos días o semanas, o crónico, cuando dura más de un mes.

La persona afectada siente como si no hubiera dormido nada, o se sintiera cansada y no reparada al despertarse. El sueño puede ser perturbado, con frecuentes despertares. El despertar prematuro en las primeras horas de la mañana es otro síntoma. Otros insomnes pueden tardar mucho tiempo en conciliar el sueño.

Muchas personas con insomnio temen no poder irse a dormir cuando lo desean. Esto causa un círculo vicioso de preocupación-insomnio-preocupación. Tales personas pueden desarrollar el miedo de irse a la cama. 40-60% de las personas con insomnio tienen signos de depresión.

Causas del insomnio agudo

El estrés, los problemas familiares o laborales, o los eventos traumáticos, pueden causar insomnio a corto plazo.

Causas del insomnio crónico

  • Ciertas enfermedades, como depresión, apoplejía, acidez estomacal, Alzheimer o artritis.
  • Medicamentos
  • Drogas o alcohol
  • Trastornos del sueño como la apnea del sueño.
  • Ambiente de sueño perturbado, como otras personas en el dormitorio que hacen ruido o la presencia de demasiada luz.

El insomnio debido a cualquiera de estas causas se llama insomnio secundario y es más común. El insomnio primario es una condición distinta, pero puede seguir estrés crónico o desequilibrios emocionales. Algunas personas tienen un mayor riesgo de insomnio, y los factores de riesgo incluyen:

  • Vejez
  • Género femenino, especialmente durante la menopausia y el embarazo, o debido a una mayor incidencia de trastornos del sueño, fibromialgia, depresión o artritis.
  • Estrés
  • Depresión
  • Eventos adversos de la vida.
  • Dificultad económica
  • Vuelos largos sobre varias zonas horarias.
  • Trabajo por turnos
  • Trabajo prolongado en una computadora.

Diagnóstico

El insomnio se diagnostica manteniendo un diario de sueño, así como tomando un historial médico y un historial de hábitos y medicamentos en el estilo de vida, que pueden ofrecer una causa del insomnio. Una prueba de sueño llamada polisomnografía es útil para diagnosticar apnea del sueño, síndrome de piernas inquietas y trastornos del sueño similares.

Tratamiento

El tratamiento del insomnio secundario se enfoca en eliminar las causas, como el consumo excesivo de alcohol, cafeína o ejercicio poco antes de irse a dormir, y es más exitoso cuando se comienza temprano. El insomnio crónico puede requerir terapia cognitiva conductual o medicamentos. A menudo es posible aliviar el insomnio agudo al:

  • Adoptar una rutina regular a la hora de dormir.
  • Aprender buenos hábitos de sueño.
  • Practicar técnicas de relajación.
  • Evitar moverse y girar en la cama; más bien, vaya a otra habitación y participe en alguna actividad tranquila hasta que se sienta con sueño nuevamente.

Los medicamentos comprenden medicamentos recetados o medicamentos de venta libre. Los medicamentos recetados se utilizan mejor en el corto plazo, pero pueden, sin embargo, volverse adictivos o causar insomnio de rebote. Los medicamentos de venta libre, como los antihistamínicos, se usan comúnmente como sedantes, pero tienen efectos secundarios desagradables en algunas personas.

La melatonina es un suplemento dietético que induce el sueño. La terapia de luz también es útil para ajustar el reloj circadiano a la hora de acostarse.